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En la segunda parte de la semana santa del 2018 repetimos el programa de la trilogía de los tres 4miles más altos de la cordillera del Atlas, el Toubkal, Ras y Timesguida, con una elevado éxito de convocatoria, ya que fuimos ni más ni menos que 32 personas las que emprendimos esta entrañable “aventurilla”.
El punto de quedada fue el centro de Imlil la mañana de jueves y desde aquí nuestra caravana “humana” empezó la ascensión clásica del valle pasando por las cercanías de Aremd, traspasando el campo de codos del rio de assif n’Isougouane y realizando el obligado descanso en el conjunto de casas de Sidi Chamharouch.
La primera reunión conjunta fue justo en el chiringuito de Imi Imfrit donde comimos todos en torno a un par de mesas alargadas, disfrutando del sol, el buen tiempo, las buenas vistas de las montañas aún tapizadas con bastante nieve. Poco a poco nos vamos conociendo y situando los diferentes lugares de procedencia… vascos, castellanos, catalanes, valencianos…
Las mulas no llegan al refugio por poco y nos obliga a caminar los últimos 30 minutos bastante cargados o tirar de servicio de porteadores, lo que crea cierto desconcierto en el grupo al no haber previsto las “tarifas” de los mismos. Un mal entendido que crea cierto malestar transitorio que pronto se olvida en la comodidad del refugio, con la buena comida y las cantidades ingentes de té y más té.
Al día siguiente subimos al Toubkal disfrutando de una jornada con un tiempo inmejorable. El grupo tan numeroso se estira y encoge como un acordeón y al final la llegada a la cumbre se realiza por grupos, si bien al final todos coincidimos en la parte más alta donde algunos llegan a estar más de una hora. La bonanza meteorológica y las excelsas vistas invitan a quedarse.
Bajamos al valle más bien llamados por las ganas de comer que no por las ganas de abandonar la cumbre. Comida abundante y sana que es la antesala a una tarde de holgazanear y descansar para reparar fuerzas para el día siguiente.
Al segundo día de cumbres ya no todos muestran el entusiasmo unánime a subir que nos acompañó en los primeros pasos hacia el Toubkal y algunos por diferentes motivos prefieren renunciar a las otras dos cumbres y quedarse en el refugio o bajar antes de Imlil.
No por ello el grupo de ascensión al Ras y Timesguida fue pequeño ya que las “bajas” no diezmaron la columna de más de 20 montañeros que llenamos de tonalidades multicolores las anaranjadas tramos de arista que suben del collado al lomo del Ras. Un tramo breve y agradable de “grimpada” antes de llegar a las zonas altas de las cumbres que, como de costumbre, acostumbran a estar bastante peladas de nieve.
Subimos las cumbres gemelas del Ras y el abombado Timesguida acompañados también de un tiempo meteorológico bueno, si bien es esta segunda jornada por las alturas el viento se deja notar sin llegar a ser molesto en ningún momento.
A la bajada los guías sugieren destrepar la arista y yo opto bajar por la ancha canal situada justo al principio del tramo rocoso de bajada. Por supuesto ellos han tomado la mejor opción puesto que la nieve de la canal, a pesar de llevar horas bajo la exposición del sol, continúa estando dura como una piedra. Uno no puede pretender ser más listo de los que viven y guían en estas montañas casi a diario.
Tarde de descenso a Imlil donde cenamos y nos acostamos lo más pronto posible ya que al día siguiente los madrugones para llegar al aeropuerto son importantes. Algunos de nosotros apenas podrán dormir 3 o 4 horas.
Solo destacar que al día siguiente 6 de los integrantes a la salida nos vimos literalmente atrapados en el aeropuerto de Menara víctimas de la mala gestión de la aerolínea TAP que sin previo aviso anuló el vuelo y acabó convirtiendo el retorno a nuestra ciudad de procedencia en un largo calvario de esperas, desinformaciones, traslados, noche en hotel en Lisboa y varias informalidades más que alargaron nuestro tránsito aéreo en más de 30 horas… como si hubiésemos vuelto de Hawái ¡!!
Personalmente cabe destacar el hecho de que esta ascensión al Toubkal, la número 12 de mi “palmarés” tuvo un aliciente especial por el hecho de que me acompaño mi hijo, el cual a sus 13 años corona su primer cuatro mil, el clásico y famoso Toubkal, techo de la cordillera del Atlas y del Norte de África. Me siento afortunado de compartir esta experiencia con mi hijo y orgulloso de su buen comportamiento y rendimiento en la montaña… veremos si continúa la estirpe…
La nota terriblemente negativa ha sido enterarme, tras el retorno a casa, que justo días antes de nuestra llegada al Toubkal perdía la vida a unos 300 metros del refugio, en un fatídico accidente, mi amigo Joaquim Casals, el “Joakilian”, que justamente me acompañó en mi primer Toubkal “comercial” en diciembre del 2016. Descansa en paz mi querido amigo. Cuesta pensar que marchases así, de repente, sin avisar. Te echaremos a faltar entre nosotros, sobre todo los integrantes del grupo “Sa Polla”.
Esta actividad fue realizada con la compañía de Salvador López, Alberto Pérez, Pedro Ríos, Nines Gómez, Laia Pinto, Antonia Garcia, Oihane Otegi, Marta Ruescas, Eugeni Porta, Silvia Cruz, Ma Gracia López, Miguel Cácares, Jose Luís García, Mireia Massaguer, David Cruz, Guiomar, Nuria Puig, Iagoba, Peio, Jose Javier Garcia, Manuel Gan, Consolación Carretero, Saoia, Eduardo, Esti, Santi Bonillo, Ma Antonia Salvà, David Palero, mi hijo Dídac Crestas y los guías Mohmad, Hussein e Ibrahim.