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Essaouira es una ciudad de la costa atlántica marroquí batida por los vientos alisios y con una población de unos 80.000 habitantes. Este lugar es un bello pueblo costero con una rica historia que se ha convertido en uno de los lugares más bonitos y fascinantes de toda la costa atlántica del país.
Debido a la gran afluencia de turistas principalmente franceses la ciudad se ha convertido en un centro de veraneo cosmopolita y uno de los principales destinos turísticos de la zona. Esto hace que sobre todo durante el verano que es la época de más afluencia, pasear por su bella medina sea algo agobiante.
Uno de los puntos que llama más la atención de esta ciudad es su trazado europeo en forma de cuadricula y sus zonas urbanas rodeadas de antiguos bastiones proyectado a finales del siglo XVIII.
Pese a que como hemos dicho se está convirtiendo en una ciudad muy turística los que prefieran una localidad alejada de la tensión del regateo y a los empujones propios de las grandes urbes, en su viaje por Marruecos se decantarán por Essaouira.
El turismo aquí está en plena expansión por ser un lugar balneario excepcional y por su reserva natural en la isla Mogador, por su Medina hoy en día declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad.
Situada a los pies del Gran Atlas, Essaouira se levanta sobre una cercana isla rocosa, cara al océano y rodeada de colinas, de bosques y de dunas de fina arena, Essaouira goza de un microclima excepcional que favorece los cultivos del cereal, al igual que el pastoreo caprino y una producción forestal que es la base de su economía.
Su artesanía es rica y variada, testigo del intercambio cultural. Además los “souiri” como se les conoce por aquí, son maestros en orfebrería, marquetería y ebanistería, sobretodo de la madera de “thuya”. Además de otros tesoros como el aceite de Argan. La pesca es un sector de actividad importante gracias a su puerto pesquero, el corazón de Essaouira se encuentra en sus artesanales astilleros, únicos en el mundo.
Desde finales del siglo XX, la curiosa llegada de aventureros y artistas como Frank Zappa o Jimi Hendrix le ha devuelto un cierto renombre a la ciudad.
Esta preciosa ciudad que parece haberse perdido en el tiempo, es especialmente tranquila y agradable además la suavidad de su clima y sus magníficas playas de arena rubia, hacen de este destino una visita obligada si estamos haciendo una ruta por el sur de Marruecos.
Essaouira gracias a los vientos alisios, es conocida como la ciudad del viento, en ella no nos sorprenderá ver multitud de windsurfistas que llegan a esta bella ciudad desde todo los lugares del mundo.
En Essaouira hay varios lugares de interés que debemos visitar, como por ejemplo su preciosa Medina que está formada por anchas calles llenas de galerías que dan paso a numerosos talleres de artesanos, pequeñas tiendas de todo tipo, cafeterías y restaurantes.
Desde el momento en que entren por una de sus tres puertas monumentales, Bab Sbâa, Bab Marrakech y Bab Doukhala, se encontrarán en medio de un alegre bullicio, donde cada uno se dirige a sus ocupaciones. Aquí no hay vehículos motorizados: todo es transportado en carretas tiradas aun por mulas. Lo que impresiona inmediatamente al visitante es la blancura de las paredes de las casas y el azul de las ventanas y puertas, que recuerdan un poco a las islas del Mediterráneo. Gracias a sus calles rectilíneas y sus cruces perpendiculares, es muy fácil orientarse en la ciudad, e incluso si se pierden en las numerosas callejuelas, volverán a llegar en seguida a una de las arterias principales… o a algún callejón sin salida.
La parte de la medina que concentra una mayor actividad es la comprendida entre las avenidas Oqba Ibn Naffia donde se encuentra la famosa torre del Reloj y l´Istiqlal y SIdi Mohammed Ibn Abdallah donde se encuentra la mayor mezquita de Essaouira «Ibn Youssef.» Cerca de aquí se sitúa el mercado de Souk el Jdid donde se alinean todos los vendedores, puestos de verduras, de especias y de carne así como el mercado de pescado.
La entrada principal de la medina es Bab el Menzah y cerca de esta, se encuentra otra las principales puertas de Essaouira Bab Sbaa que da acceso a la medina desde la ciudad nueva. Junto a estas dos puertas nos encontramos con la plaza de Moulay Hassan rodeada de árboles y de acogedoras cafeterías donde podrá beber té a la menta mientras observa las idas y venidas de los Souiris, (los habitantes de la ciudad). Un poco más lejos, pasando la puerta de la Marina, encontrarán el puerto donde se amontonan las cajas de los pescadores y donde podrá visitar el astillero donde aún se construyen chalupas de forma artesanal. Nos encontramos también aquí con la plaza de Orson Welles donde se encuentra una placa con un reconocimiento a este director de Cine que hizo famosa la ciudad en la película Otelo, donde Essaouira sirvió de escenario principal.
Desde la plaza Moulay Hassan llegamos a la rue Skala cuyo trazado es paralelo a las murallas de la medina. Los fuertes de la ciudad vieja son una mezcla de arquitectura militar portuguesa, francesa y bereber, y su solidez le confiere un poderoso misticismo.
Una vez llegamos a la Skala de la Kasbah, la plaza fuerte de la ciudad con más de 200 metros de longitud rodeada por murallas que dan al mar, frente al océano, donde podrán admirar una magnifica batería de cañones dirigidos hacia el océano. Esta construcción fue la fortaleza principal construida por Sidi Mohammed Ibn Abdallah para defender la ciudad. Hay unas fantásticas vistas al mar y fue en este lugar donde Orson Welles rodó parte de su versión de Othello. Es un lugar idóneo para sacar algunas fotos.
Desde la plaza Moulay Hassan accedemos al puerto por la puerta Bab Labhar construida en el sultanato de Sidi Mohammed Ben Adallah de estilo neoclásico, llegamos uno los lugares más peculiares y animados de la ciudad, repleto de pateras y barcos de pesca. Aquí se encuentran numerosos puestos donde podemos comer pescado y marisco a buen precio.
Un poco más adelante llegamos al famoso castillo que forma parte de la típica estampa de Essaouira con el castillo y las gaviotas revoloteando sobre él, La Skala du Port desde cuya torre se domina la ciudad. Desde aquí hay unas vistas fantásticas del puerto. Es otro de los lugares ideales para tomar fotos. La Skala du Port encuentra abierta al público para su visita de 8:30 a 12h y de 14:30 a 18:30.
Por las puertas de Bab Marrakech y Bab Sebaa se llegan a los cementerios situados junto al mar y a traves de la Rue Allal Ben Abdallah se llega a la antigua judería o Mellah. Actualmente esta parte de la ciudad se encuentra en un estado de decadencia. Ya que los hebreos que la ocupaban la abandonaron tras las guerra de los Seis Días emigrando a Israel.
La playa es esplendida, Ancha y muy frecuentada, por la mañana por los deportistas haciendo footing y por las tardes por las familias y los jugadores de volleyball. La bahía de Essaouira, protegida de las olas por la isla de Mogador, es el paraíso de los aficionados al windsurf, gracias a sus vientos fuertes y constantes. Para los aficionados al surf, la costa ofrece lugares famosos como Sidi Kaouki o Moulay Bouzarktoun, situados al sur y norte de Essaouira respectivamente.